Cumbre de la OTAN: declaración del i9M sobre Georgia y Ucrania

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El próximo 14 de junio, los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN se reunirán en Bruselas, cumbre en la que determinarán el futuro de la configuración de la seguridad en el espacio euroatlántico para los próximo años, si no décadas.

Hoy en día, desde hace demasiado tiempo, el mayor desafío existencial para una Europa democrática y unida es el resurgimiento y el fortalecimiento del sentimiento imperialista en Rusia, que se empeña en mantener abiertos los conflictos territoriales en Azerbaiyán, Georgia, Moldova y Ucrania, así como realiza de manera constante actos contrarios a los intereses de la seguridad nacional de Estados miembros de la Unión Europea, particularmente España.

Especialmente durante los pasados meses de marzo y abril, la comunidad internacional ha observado con extrema preocupación la concentración sin precedentes de efectivos de las Fuerzas Armadas rusas en la frontera con Ucrania y en los territorios ucranianos temporalmente bajo ocupación: Donetsk, Lugansk y Crimea. Al mismo tiempo, llaman poderosamente la atención las acciones de modernización de la infraestructura militar de la península de Crimea para albergar armas nucleares, la militarización de los mares Negro y Azov, así como el bloqueo de la navegación marítima en esa región, todo ello por parte de Rusia. 

El poder de Putin está violando cada vez más audazmente las normas y principios del derecho internacional, se desentiende de sus obligaciones legales y no oculta su desprecio por los valores democráticos, entendiendo como muestras de debilidad toda reacción indecisa desde Occidente, lo que hace que adquiera cada vez más confianza en su pérfido actuar.

Sintiéndose en total impunidad, el Kremlin se ha aventurado en actos de agresión encubierta contra miembros de la OTAN, en los que sus servicios especiales coordinan o realizan campañas de desinformación, sabotaje, ciberataques, envenenamientos con materiales de guerra, destrucción por explosiones, etc. Merece especial énfasis el hecho de que Rusia alimenta movimientos separatistas al tiempo que apoya proyectos políticos de ultraderecha que buscan desestabilizar Europa y debilitar los lazos transatlánticos.

La OTAN ha venido respondiendo a estos desafíos y amenazas a la estabilidad y la paz en su flanco oriental fortaleciendo su presencia militar en Europa del Este y el Mar Negro, sin precedentes desde el final de la Guerra Fría. Pero se puede hacer más a nivel político con medidas a la altura de los retos a los que nos enfrentamos. 

Cabe recordar que, ahora mismo, Ucrania es la primera línea de defensa del espacio en el que compartimos los valores europeos. Sus Fuerzas Armadas reconfiguradas y modernizadas durante este tiempo de guerra, que dura ya el octavo año consecutivo, están frenando la expansión de Rusia. Y, para ello, requiere de un avance cualitativo en nuestros apoyos.

Ante las próximas cumbres de la OTAN, apelamos a:

  • Que de la próxima reunión de los Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros salga una decisión que refuerce la política de “puertas abiertas” para Ucrania, así como para Georgia, incidiendo en lo que ya consta en el artículo 23 de la Declaración Final de la Cumbre de Bucarest de 2008 sobre las perspectivas de adhesión;
  • Que, para la reunión de Ministros de Exteriores de los Estados miembros en diciembre de 2021, haya una firme postura española que sea favorable a proporcionar sin mayores dilaciones a Georgia y Ucrania un Plan de Acción para la Adhesión.

Es precisamente la posición de España sobre este tema la que puede asegurar la adopción de la decisión correcta, cuya consecuencia práctica más inmediata sería disuadir al agresor ruso de una mayor escalada de la guerra contra Ucrania.

Desde que se unieron a la Asociación para la Paz en 1994, Georgia y Ucrania, a través de su participación activa en una serie de iniciativas de asociación de la OTAN, han demostrado en la práctica sus capacidades para ser valiosos contribuyentes a la seguridad en el espacio euroatlántico. Estamos convencidos que ambos países cuentan con todos los recursos necesarios –institucionales, militares, humanos, materiales– para fortalecer la seguridad de Europa y de la Alianza en su flanco oriental.

Es hora de que nuestros socios sean nuestros aliados.

La presente declaración del Instituto 9 de Mayo presenta la postura de toda la entidad.

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